Para los que no quieren practicar deporte, se han instalado mesas de madera y juegos infantiles. De esta manera los visitantes del parque forestal pueden disfrutar de una jornada de campo, disfrutando del medio natural privilegiado en que se encuentra Daganzo.
Por la zona se pueden ver conejos, liebres, aves típicas de zonas de ribera, aves rapaces, incluso buitres negros planeando. En el entorno del arroyo se pueden observar altas espigas y espadañas, especies estas que definen el carrizal con raíces sumergidas y enraizadas en el agua. También esta la chopera con álamo negro (Populus nigra) y blanco (Populus alba). Estos forman un bosque de árboles de hoja plana, y si las condiciones son buenas se les añade un estrato arbustivo formado por lianas y hierbas lianoides, existiendo también majuelos y cornejos.
El parque forestal está rodeado de lo que se podrían considerar como los tres ecosistemas básicos de la ZEPA, es decir la estepa cerealista, representada por los campos de trigo y cebada, el monte bajo, con retamas y especies arbustivas y arbóreas como la encina, y el bosque de ribera, con el río Torote como principal exponente.
En el parque se encuentra la ermita del Virgen del Espino, lo que aumenta el interés turístico por la zona, debido a la posibilidad de visitar el patrimonio histórico de Daganzo.
A su vez, el parque posee una importante dotación de mesas y bancos de granito para poder pasar el día en el campo.